Hace más de un año que convivimos con una pandemia que ha remecido la salud pública y nuestra vida en general. Las medidas tomadas en diferentes países para poder frenar la propagación del Covid-19 no solo han significado un confinamiento estricto, sino que además ha puesto en riesgo el funcionamiento de miles de empresas y compañías a nivel mundial.
Si bien, en un inicio se tornaba complejo pronosticar cómo enfrentar una situación de esta envergadura, para algunas empresas, como aquellas que prestan servicios digitales, esta nueva realidad no presentó mayores dificultades, debido a que ya habían considerado las poderosas ventajas que proporcionan los principios de la agilidad empresarial.
En este contexto, vivimos la implementación de algunos cambios, tales como la transición al home office, que junto con otras medidas han permitido ver los beneficios de la agilidad. Aquellas empresas que ya funcionaban con equipos ágiles autogestionados, tuvieron menos inconvenientes y han podido adoptar esta nueva modalidad de trabajo de forma positiva. Por el contrario, para aquellas empresas que continuaban con procesos lentos y extremadamente burocráticos, el cambio no ha estado exento de complicaciones, ya sea en términos de estrés personal como de eficacia en la creación de valor.
Situaciones como esta son las que están impulsando a las empresas a adoptar la agilidad dentro de sus modelos de negocio, pero la transición a una gestión ágil presenta grandes retos, pues las prácticas, los valores y las actitudes arraigadas no integran cambios de manera fácil o rápida; no obstante, existen indicadores que colaboran en la comprensión de las oportunidades y retos que implica implementar un enfoque de agilidad en una organización. Uno de ellos, es el “Informe de Agilidad Empresarial 2020”; reporte con conclusiones de 433 personas encuestadas, pertenecientes 359 organizaciones de todo el mundo, conducido por el Business Agility Institute.
En este sentido, durante los últimos meses hemos sido testigos de cómo la revolución de la agilidad se ha puesto en marcha y por ello queremos destacar elementos importantes que ofrece este informe para quienes deseen conocer este camino y sus beneficios.
Antes de seguir, hay que entender con claridad qué es la agilidad empresarial. Si bien hay muchas definiciones para este concepto, en función y efecto de lo que hemos planteado, nuestra propuesta es que se debe considerar como un término complejo y multifacético, que abarca todos los aspectos e interacciones de un sistema organizativo, con el propósito de encontrar diferentes maneras de crear valor y ser capaz de cumplir con el propósito último de satisfacer al cliente. Ahora bien, no es posible determinar un marco único o una metodología exacta para implementar la agilidad empresarial, dado que una organización es un sistema adaptativo complejo, pero a pesar de no encontrar dos organizaciones que funcionen de la misma manera, surgen patrones comunes que pueden ser considerados. En 2017, desde el Business Agility Institute comenzaron a trabajar en aclarar qué se entiende por una organización ágil, y de esta investigación, surgieron los Dominios de la Agilidad Empresarial, un modelo que consta de 13 variables agrupados en 4 áreas claves:
Cada uno de estos dominios es parte fundamental de una organización ágil y son igualmente importantes, necesarios y se encuentran relacionados entre sí. Cabe señalar que es ajeno al modelo, la manera en que se expresan estas características, ya que es algo único en las organizaciones y se basa en innumerables aspectos, marcos, prácticas, comportamientos y sistemas.
Tras la llegada del Covid- 19 el mundo ha cambiado de una forma irreconocible, pero sigue siendo a fin de cuentas el mismo mundo. Lo anterior implica también que las expectativas de los clientes de igual forma han evolucionado y, en este nuevo contexto, esperan una mayor responsabilidad social por parte de las empresas.
En comparación con años anteriores, se han visto más organizaciones que comienzan su viaje a la agilidad y las que ya se encontraban en este camino, han evidenciado un mayor progreso. En este sentido, el “Informe de Agilidad Empresarial 2020” reporta una aumento general de madurez con respecto a la agilidad de un 8%, y los encuestados destacaron que, gracias a la agilidad empresarial, se han obtenido los siguientes beneficios:
En la construcción del “Informe de Agilidad Empresarial 2020”, se descubrieron tres indicadores importantes de agilidad empresarial, los que están basados en análisis de años anteriores. Las organizaciones que presentan estándares más altos en estas medidas tienen, en general, una mayor agilidad y también más beneficios asociados.
Estos tres indicadores son los siguientes:
La semana pasada publicamos el artículo “Innovación: un factor importante para aprender y crecer”, donde abordamos los beneficios de la innovación en la transformación organizacional. En este punto la agilidad también toma un papel particularmente importante, dado que en los procesos de innovación la complejidad y el grado de incertidumbre se presentan en altos niveles. Es por esto que, al implementar métodos ágiles para la gestión de la innovación, se deben considerar algunos aspectos importantes y de gran relevancia:
Frente a los cambios poco manejables que se han evidenciado en los últimos años, la agilidad se ha presentado como una herramienta primordial para la sobrevivencia de las organizaciones, y es que las convierte en entidades más flexibles, capaces de anticiparse y adaptarse a las condiciones variables e inestables del entorno. La agilidad empresarial ayuda a las organizaciones a alcanzar una gestión dinámica, además de aprender y experimentar en un proceso continuo. En The Canvas Group podemos guiarte en los pasos para implementar agilidad en tu empresa acorde a tus necesidades. Si te interesa conocer más detalles de nuestro trabajo, no dejes de visitar nuestra página.