Tanto hemos escuchado sobre lo importante y necesario que resulta innovar, que se convirtió en un cliché, diluido en su real significado. La definición es muchísimo más amplia que el mero desarrollo de un producto tecnológico, y lo cierto es que no debemos confundir innovación con invención. El sentido de innovar está en la aplicación de nuevas ideas, conceptos, productos, servicios y prácticas, en nuestro contexto, con la intención de ser útiles para generar valor. Invención es la creación de algo que no existe.
Si innovar es dar con nuevas formas de hacer las cosas. Entonces, ¿Cómo hacerlo? ¿Por qué? ¿Para qué?; no existe respuesta única, pero podemos recurrir a teorías, herramientas y experiencias para dar con los mejores preceptos.
Partimos por responder: ¿en qué grado la innovación está presente en nuestras vidas?, la respuesta es tajante: ¡en todo momento!, Específicamente hablando de las organizaciones, la necesidad de innovar estará vigente en cualesquiera de las tres estrategias genéricas que describe Porter (2009). Veamos cómo.
Si vemos que la innovación es necesaria, ¿qué debemos considerar al inicio? De manera preliminar y considerando el caso de la innovación en productos/servicios, antes de empezar cualquier proyecto, es importante conocer el entorno, lo que nos ayuda a entender dónde estamos situados y cuáles son sus características.
Para ello, debemos revisar al menos tres áreas relevantes en la actualidad que proponen Roche et al (2011):
Con las consideraciones anteriores, podemos empezar a trabajar en la innovación a nivel de proyectos, estableciendo un equipo de trabajo, objetivos, plazos y presupuestos.
Si consideramos que no toda innovación será un éxito, entonces debemos hablar de un inevitable factor de riesgo que debe ser ponderado. A dicho escenario no hay que tenerle miedo, ya que naturalmente, a mayor riesgo, mayor expectativa de rentabilidad.
Para asegurar el éxito del proyecto, considerando el manejo de riesgo, recomiendo y pongo en práctica la metodología del profesor Day G (2007), conocida como “Screen RWW” -real, win, worth it-, que permite a las empresas evaluar los riesgos y el potencial de los proyectos de innovación, respondiendo ciertas preguntas en tres amplias temáticas.
Cada categoría se adentra de forma más específica con preguntas concretas, en la que un “no” como respuesta, obliga a iterar cambios hasta obtener un “si”. Esto nos ayuda a distinguir dónde están los riesgos, cuánto pesan, y su éxito, medido por su rentabilidad.
Es innegable que existirá el fracaso en algún proyecto, y que en su reconocimiento es necesario generar aprendizajes, por ende, todas las oportunidades de éxito y de aprendizaje deben ser bienvenidas en la empresa. Esta práctica (innovar) debe ser una constante en las empresas e ir más allá, pues en su sentido más amplio puede aplicarse hasta en lo personal, porque siempre conllevará una mejora en la calidad de nuestra vida, ese es el sentido de innovar.
En The Canvas Group podemos ayudar a tu organización para llevar a cabo exitosamente programas de innovación que los ayuden a rediseñar su modelo de negocio. No dejes de visitar nuestro sitio web para conocer más acerca de nuestro punto de vista y las metodologías ampliamente probadas que nuestra consultora de innovación tiene para ofrecer.
Sebastián Sauto es es ingeniero civil de UPSA con MBA en la Universidad de Chile. Bussines Analytics. University of Cambridge. Su área de especialidad es estrategia e innovación. Tiene más de 10 años de experiencia en áreas productivas y de servicio. Actualmente forma parte del equipo como consultor en The Canvas Group.