Adaptarse a los cambios y sobrevivir sin fracasar, no es una habilidad fácil de adquirir, ni mucho menos un camino rápido, aún más cuando está en juego la estabilidad de una organización. En estas circunstancias, se hace necesario recurrir a metodologías o herramientas que ayuden a implementar una gestión más flexible y dinámica, con el fin de poder enfrentar los desafíos de manera exitosa.
En nuestra publicación anterior, describimos nuestro entendimiento de agilidad y abordamos su importancia en los negocios junto con las oportunidades y retos que implica poner en marcha una mentalidad ágil dentro de una organización. Asimismo, mencionamos ámbitos claves de madurez que se deben considerar al momento de adoptar los principios de la agilidad, destacando principalmente la mejora continua, la búsqueda de objetivos y la cadena de valor.
En esta oportunidad nos gustaría profundizar en ciertos patrones comunes que deben ser considerados al momento de implementar una mentalidad ágil, a pesar de que cada organización funcione de manera única y particular. Para entender esto es importante considerar los Pilares de la Agilidad en los negocios, propuestos por el Busines agility Institute. Estos son: Cliente, Liderazgo, Operaciones e Individuos, los cuales agrupan 12 aspectos que a continuación abordaremos para introducirnos en la planificación de la agilidad y los desafíos que debemos enfrentar a lo largo de este viaje.
Ya hemos planteado que la agilidad posiciona al cliente y la creación de valor en el centro para responder de manera eficaz, sostenible y disciplinada a los constantes cambios del entorno. Es necesario recordar que la agilidad no es algo que “se tenga o no” por sí sola, más bien es un recurso que se puede madurar con un esfuerzo extendido transversalmente a la organización. Mediante el análisis de los pilares de la agilidad en los negocios abordaremos el cómo desarrollar esta mentalidad, comenzando por el corazón del modelo, el Cliente.
En la agilidad, el cliente y sus necesidades deben estar posicionados en el centro de nuestro modelo. La organización existe para generar valor al cliente, por lo tanto, este compromiso se transforma en la pasión e identidad de la empresa. Con este propósito en mente, se despliegan tres aspectos que deben desarrollarse conjuntamente:
El siguiente pilar fundamental para la agilidad es el liderazgo, el cual busca desarrollar el máximo potencial de las personas, quienes son la pieza más importante en la adopción de la agilidad, debido a su capacidad de adaptación, creatividad e innovación. En esta materia se destaca:
Las operaciones también toman un papel importante dentro de los pilares que debe tener una organización para ser considerada ágil, debido a que es la forma en la cual la empresa orquesta sus interacciones. Aquí predominan los siguientes principios:
El cuarto pilar son los individuos que componen una organización. Colaboradores empoderados que además cuenten con las capacidades necesarias para materializar los avances y una mentalidad sin miedo al fracaso:
En el momento en el que una organización decide adaptarse a los cambios y aventurarse a adoptar la agilidad en los negocios, elige también enfrentar desafíos propios de estos procesos. En este contexto, en el Informe de Agilidad Empresarial 2020 se les solicitó a los encuestados que mencionaran los principales desafíos que han enfrentado y como los abordan. En sus respuestas surgieron varios temas que suelen estar presenten en todas las organizaciones. Dentro de los 10 más comunes, se destacan:
Por nuestra parte, queremos poner énfasis en los tres desafíos con más preponderancia, junto con sus respectivas recomendaciones para enfrentarlos:
En la mayoría de las organizaciones encuestadas, existen líderes que continúan utilizando prácticas tradicionales para gestionar a sus colaboradores. Prácticas que en ocasiones pueden caer en un control estricto de las tareas y del desarrollo de los proyectos. Cuando este estilo de liderazgo interfiere en el empoderamiento de los equipos, la adopción de la agilidad se dificulta. Los líderes deben esforzarse por ser conscientes de su estilo de liderazgo y asegurase de que sea coherente con los objetivos que una gestión ágil está tratando de lograr. La recomendación para estos casos es trabajar la confianza y potenciar el desarrollo de las capacidades de los equipos. El objetivo es asegurarse de que los miembros de la organización se encuentren preparados para lograr los objetivos propuestos. Es necesario ser consciente de liderar con el ejemplo, lo que contempla esforzarse por modelar los nuevos estilos y comportamientos, teniendo siempre presente los parámetros que sustentan la transformación de la organización. En el mediano y largo plazo, es importante comunicar qué significa la agilidad para la organización, permitiendo que esta definición evolucione cada año.
Generalmente se asocia con una mentalidad de crecimiento, experimentación, flexible y adaptativa para la entrega continua de valor. Si la organización no incluye esta mentalidad en su cultura, las acciones implementadas para un proyecto en particular no se mantendrán en el tiempo. En la mayoría de estas situaciones, la organización vuelve a sus prácticas tradicionales porque no se ha hecho lo suficiente para cambiar el núcleo de su cultura organizacional. Para estos casos, se recomienda realizar coaching, entrenamiento y capacitaciones sobre la mentalidad ágil en todos los niveles de la organización. Cuando se busca implementar un cambio de mentalidad, es necesario que las personas no solo aprendan teóricamente acerca de esta materia, sino que además desarrollen competencias internas para que puedan practicar de manera continua, siendo esto parte de un trabajo constante que busca mejorar la organización.
En un contexto VUCA (Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad) Los silos refuerzan las barreras organizacionales internas y restan valor a la responsabilidad colectiva de los resultados de la organización. Los encuestados indican que esto es especialmente frecuente si la organización se estructura en torno a habilidades o funciones, en lugar de equipos centrados en resultados de principio a fin, como el desarrollo de un producto, servicio o la experiencia del cliente. En estos casos, algunas de las recomendaciones se relacionan con el diseño de la estructura de la organización en torno a resultados comerciales o la experiencia del cliente, para así reducir la individualidad interna y aumentar la participación colaborativa de los equipos en los resultados que espera la organización.
Las organizaciones están enfrentando desafíos constantes, que les exigen reaccionar de manera eficaz ante las interrupciones que se presentan en el ámbito de los negocios. Esta situación las ha llevado a buscar metodologías que les aseguren una permanencia en el mercado, hoy la experiencia nos permite conocer un poco más sobre los métodos y estrategias más adecuadas para combatir los desafíos de manera práctica, sostenible y disciplinada, y así lograr organizaciones realmente ágiles y exitosas. En The Canvas Group podemos guiar a tu organización en su transición para alcanzar la agilidad en los negocios. Si te interesa conocer más detalles de nuestro trabajo, te invitamos a visitar nuestra página.